Estos dos libros abordan la relación entre padres e hijos a la luz de Un curso de milagros, vínculo en el que todos participamos, porque, aunque no seamos padres, todos somos hijos. Se trata de la relación clave que más marca nuestra vida, por lo que es esencial armonizarla.
Como describe el autor, sabemos que hemos alcanzado la madurez espiritual cuando ya no pensamos en nuestros padres como autoridades, sino como hermanos que caminan con nosotros en el sendero de vuelta a casa.
Todos podemos vernos reflejados en los casos prácticos que aquí se describen, y escuchar el consejo certero de Ken en muy diversas circunstancias. Sus palabras nos ofrecen guía y consuelo. Podemos afirmar sin lugar a dudas que por su profundidad y lucidez estamos ante una obra maestra de la psicología contemporánea.