1. Hoy vamos a practicar de manera diferente, y a pronunciarnos en contra de nuestra ira de modo que nuestros temores puedan desaparecer y darle cabida al amor. He aquí la salvación, en las simples palabras con las que practicamos la idea de hoy. He aquí la respuesta a toda tentación, pues jamás puede dejar de darle la bienvenida al Cristo allí donde antes imperaban la ira y el miedo. Aquí se consuma la Expiación, el mundo se transpone sin riesgo alguno y el Cielo queda restaurado. He aquí la respuesta que te da la Voz que habla por Dios.
2. La condición natural de la mente es una de abstracción total. Mas una parte de ella se ha vuelto antinatural. No ve todo como si fuese uno solo, sino que ve únicamente fragmentos del todo, pues sólo de esa manera puede forjar el mundo parcial que tú ves. El propósito de la vista es mostrarte aquello que deseas ver. Todo lo que oyes le trae a la mente únicamente los sonidos que ésta desea oír.
3. Así fue como surgió lo concreto. Y ahora son las cosas concretas las que tenemos que usar en nuestras prácticas. Se las entregamos al Espíritu Santo, de manera que Él las pueda utilizar para un propósito diferente del que nosotros les conferimos. Él sólo se puede valer, para instruirnos, de lo que nosotros hicimos, pero desde una perspectiva diferente, a fin de que podamos ver otro propósito en todo.
4. Un hermano es todos los hermanos. Y en cada mente se encuentran todas las mentes, pues todas las mentes son una. Ésta es la verdad. No obstante, ¿aclaran estos pensamientos el significado de la creación? ¿Te brindan estas palabras perfecta claridad? ¿Qué parecen ser sino sonidos huecos, bellos tal vez, correctos en el sentimiento que expresan aunque fundamentalmente incomprendidos e incomprensibles? La mente que se enseñó a sí misma a pensar de manera concreta ya no puede aprehender la abstracción en el sentido del abarcamiento total que ésta representa. Necesitamos poder ver un poco para poder aprender mucho.
5. Nos parece que es el cuerpo el que coarta nuestra libertad, el que nos hace sufrir y el que finalmente acaba con nuestras vidas. Sin embargo, los cuerpos no son sino símbolos de una forma específica de miedo. El miedo desprovisto de símbolos no suscita respuesta alguna, pues los símbolos pueden representar lo que no tiene sentido. El amor, al ser verdad, no tiene necesidad de símbolos. Pero el miedo, al ser falso, se aferra a lo concreto.
6. Los cuerpos atacan; las mentes no. Este pensamiento nos hace pensar sin duda en el texto, en el que se subraya con frecuencia. Ésta es la razón por la que los cuerpos se convierten tan fácilmente en símbolos del miedo. Se te ha instado en innumerables ocasiones a que mires más allá del cuerpo, pues lo que éste ve es el símbolo del “enemigo” del amor que la visión de Cristo no ve. El cuerpo es el blanco del ataque, ya que nadie piensa que lo que odia sea una mente. Sin embargo, ¿qué otra cosa sino la mente le ordena al cuerpo a que ataque? ¿Qué otra cosa podría ser la sede del miedo sino lo que piensa en el miedo?
7. El odio es algo concreto. Tiene que tener un blanco. Tiene que percibir un enemigo de tal forma que éste se pueda tocar, ver, oír y finalmente matar. Cuando el odio se posa sobre algo, exige su muerte tan inequívocamente como la Voz de Dios proclama que la muerte no existe. El miedo es insaciable y consume todo cuanto sus ojos contemplan, y al verse a sí mismo en todo, se siente impulsado a volverse contra sí mismo y destruirse.
8. Quien ve a un hermano como un cuerpo lo está viendo como el símbolo del miedo. Y lo atacará, pues lo que contempla es su propio miedo proyectado fuera de sí mismo, listo para atacar, y pidiendo a gritos volver a unirse a él otra vez. No subestimes la intensidad de la furia que puede producir el miedo que ha sido proyectado. Chilla de rabia y da zarpazos en el aire deseando frenéticamente echarle mano a su hacedor y devorarlo.
9. Esto es lo que contemplan los ojos del cuerpo en uno que el Cielo tiene en gran estima, los ángeles aman y Dios creó perfecto. Ésta es su realidad. Y en la visión de Cristo su hermosura se ve reflejada de una manera tan santa y tan bella que apenas podrías contener el impulso de arrodillarte a sus pies. Mas en lugar de ello tomarás su mano, pues tú eres semejante a él en la visión que lo ve así. El ataque que lanzas contra él es lo que es tu enemigo, pues te impide percibir que en sus manos está tu salvación. Pídele únicamente eso y él te la dará. No le pidas que sea el símbolo de tu miedo. ¿Pedirías acaso que el amor se destruyese a si a mismo? ¿O preferirías que te fuese revelado y que te liberase?
10. Hoy vamos a practicar de una manera que ya hemos intentado antes. Ya estás más preparado, y hoy te acercarás más a la visión de Cristo. Si te propones alcanzarla, hoy lo lograrás. Y una vez que la hayas alcanzado, no estarás dispuesto a aceptar los testigos que convocan los ojos del cuerpo. Lo que verás te traerá con su cántico el recuerdo de melodías ancestrales. El Cielo no se ha olvidado de ti. ¿No te gustaría acordarte de él?
11. Selecciona a un hermano para que sea el símbolo de los demás y pídele la salvación. Visualízalo primero tan claramente como puedas, de la misma manera en que estás acostumbrado a verlo. Observa su rostro, sus manos, sus pies, su ropa. Obsérvalo sonreír, y ve los gestos que le has visto hacer tan a menudo que ya te resultan familiares. Luego piensa en esto: lo que estás viendo ahora te impide ver a aquel que te puede perdonar todos tus pecados, arrancar con sus sagradas manos los clavos que atraviesan las tuyas y quitar de tu ensangrentada frente la corona de espinas que tú mismo te pusiste. Pídele lo siguiente para que él pueda liberarte:
Dame tu bendición, santo Hijo de Dios. Quiero contemplarte con los ojos de Cristo, y ver en ti mi perfecta impecabilidad.
12. Y Aquel a Quien has invocado te responderá. Pues oirá en ti la Voz que habla por Dios y te responderá con la tuya. Contempla ahora a aquel que tan sólo habías visto como carne y hueso, y reconoce que Cristo ha venido a ti. La idea de hoy es la manera de escaparte del miedo y de la ira. Cerciórate de repetirla inmediatamente en caso de sentir la tentación de atacar a un hermano y de percibir en él el símbolo de tu miedo. Y lo verás cambiar súbitamente de enemigo a salvador; de demonio al Cristo.
Introducción
Nada de lo que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar] significa nada.
Le he dado a todo lo que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar] todo el significado que tiene para mí.
No entiendo nada de lo que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar].
Estos pensamientos no significan nada. Son como las cosas que veo en esta habitación [en esta calle, desde esta ventana, en este lugar].
Nunca estoy disgustado por la razón que creo.
Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí.
Sólo veo el pasado
Mi mente está absorbida con pensamientos del pasado.
No veo nada tal como es ahora.
Mis pensamientos no significan nada.
Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado.
Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.
Un mundo sin significado engendra temor.
Dios no creó un mundo sin significado.
Mis pensamientos son imágenes que yo mismo he fabricado.
No tengo pensamientos neutros.
No veo cosas neutras.
No soy el único que experimenta los efectos de mi manera de ver.
No soy el único que experimenta los efectos de mis pensamientos.
Estoy decidido a ver.
Estoy decidido a ver las cosas de otra manera.
Lo que veo es una forma de venganza.
Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque.
No percibo lo que más me conviene.
No sé cuál es el propósito de nada.
Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad.
Por encima de todo quiero ver.
Por encima de todo quiero ver las cosas de otra manera.
Dios está en todo lo que veo.
Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente.
No soy víctima del mundo que veo.
He inventado el mundo que veo.
Hay otra manera de ver el mundo.
Podría ver paz en lugar de esto.
Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy santo.
Mi santidad envuelve todo lo que veo.
Mi santidad bendice al mundo.
No hay nada que mi santidad no pueda hacer.
Mi santidad es mi salvación.
Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
Dios va conmigo dondequiera que yo voy.
Dios es mi fortaleza. La visión es Su regalo.
Dios es mi Fuente. No puedo ver separado de Él.
Dios es la luz en la que veo.
Dios es la Mente con la que pienso.
Dios es el Amor en el que perdono.
Dios es la fortaleza en la que confío.
No hay nada que temer.
La Voz de Dios me habla durante todo el día.
El Amor de Dios es mi sustento.
PRIMER REPASO
El repaso de hoy abarca las siguientes ideas:
Hoy repasaremos lo siguiente:
Éstas son las ideas para el repaso de hoy:
El repaso de hoy incluye lo siguiente:
Nuestro repaso de hoy abarca lo siguiente:
Repasemos hoy las siguientes ideas:
Hoy vamos a repasar las siguientes ideas:
Éstas son las ideas a repasar hoy:
Éstas son las ideas para el repaso de hoy:
Yo soy la luz del mundo.
Perdonar es mi función por ser la luz del mundo.
La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.
No dejes que me olvide de mi función.
Mi única función es la que Dios me dio.
Mi función y mi felicidad son una.
El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo.
El amor no abriga resentimientos.
Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.
Mi salvación procede de mí.
Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito.
Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación.
Mi voluntad es que haya luz.
No hay más voluntad que la de Dios.
La luz ha llegado.
No me gobiernan otras leyes que las de Dios.
Tengo derecho a los milagros.
¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientosl
Permítaseme reconocer el problema para que pueda ser resuelto.
Permítaseme reconocer que mis problemas se han resuelto.
SEGUNDO REPASO
Hoy repasaremos estas ideas:
Hoy repasamos estas ideas:
Éstas son las ideas para el repaso de hoy:
El repaso de hoy abarcará las siguientes ideas:
Éstas son las ideas para el repaso de hoy:
Nuestro repaso de hoy abarcará estas ideas:
Hoy repasaremos estas ideas:
Éstas son las ideas que vamos a repasar hoy:
Éstas son las ideas que vamos a utilizar en este repaso:
Los milagros se ven en la luz.
Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.
La luz, la dicha y la paz moran en mí.
Soy tal como Dios me creó.
Soy un solo Ser, unido a mi Creador.
La salvación procede de mi único Ser.
Soy espíritu.
Aceptaré el papel que me corresponde en el plan de Dios para la salvación.
La salvación es mi única función aquí.
Mi papel en el plan de salvación de Dios es esencial.
La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.
Comparto con Dios Su Voluntad de que yo sea feliz.
Dios, al ser Amor, es también felicidad.
Busco únicamente lo que en verdad me pertenece.
Mías son la paz y la dicha de Dios.
Déjame aquietarme y escuchar la verdad.
La verdad corregirá todos los errores de mi mente.
Dar y recibir son en verdad lo mismo.
Descanso en Dios.
Soy tal como Dios me creó.
TERCER REPASO
Para los repasos de mañana y noche:
Para los repasos de mañana y noche:
Para los repasos de mañana y noche:
Para los repasos de mañana y noche:
Para los repasos de mañana y noche:
Para los repasos de mañana y noche:
Para los repasos de mañana y noche:
Para los repasos de mañana y noche:
Para los repasos de mañana y noche:
El perdón es la llave de la felicidad.
El perdón me ofrece todo lo que deseo.
Gracias Padre por los regalos que me has concedido.
Que no me olvide de que soy uno con Dios.
En la quietud recibo hoy la Palabra de Dios.
Todo lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy.
No hay otro amor que el de Dios.
El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.
Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.
Es imposible ver dos mundos.
Nadie que se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.
Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era.
No le daré valor a lo que no lo tiene.
Permítaseme poder percibir el perdón tal como es.
Si me defiendo he sido atacado.
La enfermedad es una defensa contra la verdad.
Cuando me curo no soy el único que se cura.
El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir.
Aceptaré la Expiación para mí mismo.
La salvación es lo único que cura.
CUARTO REPASO
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
Todas las cosas son ecos de la Voz que habla por Dios.
Tengo el poder de decidir.
En mi indefensión radica mi seguridad.
Me cuento entre los ministros de Dios.
Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino.
Camino con Dios en perfecta santidad.
En Su Presencia he de estar ahora.
Hoy aprendo a dar tal como recibo.
Doy los milagros que he recibido.
Yo estoy en mi hogar. El miedo es el que es un extraño aquí.
Dame tu bendición, santo Hijo de Dios.
Soy tal como Dios me creó.
La muerte no existe. El Hijo de Dios es libre.
Ahora Somos uno con Aquél que es nuestra Fuente.
Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios.
Se me han confiado los dones de Dios.
Sólo hay una vida y ésa es la vida que comparto con Dios.
Tu gracia me es dada. La reclamo ahora.
Por la gracia vivo. Por la gracia soy liberado.
En Dios no hay crueldad ni en mí tampoco.
QUINTO REPASO
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Introducción a las lecciones 181-200
Permaneceré muy quedo por un instante e iré a mi hogar.
Invoco el Nombre de Dios y el mío propio.
El Nombre de Dios es mi herencia.
Deseo la paz de Dios.
De mí depende la salvación del mundo.
Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo.
La paz de Dios refulge en mí ahora.
Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora.
Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor.
Soy el santo Hijo de Dios Mismo.
Tengo una función que Dios quiere que desempeñe.
Todas las cosas son lecciones que Dios quiere que yo aprenda.
Pongo el futuro en Manos de Dios.
El amor es el camino que recorro con gratitud.
Es únicamente a mí mismo a quien crucifico.
No puede ser sino mi propia gratitud la que me gano.
Sólo mi propia condenación me hace daño.
No soy un cuerpo. Soy libre.
No hay más paz que la paz de Dios.
SEXTO REPASO
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre, Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
SEGUNDA PARTE
Dios está conmigo. Vivo y me muevo en Él.
Dios es mi vida. No tengo otra vida que la Suya.
Dios es mi Padre y Él ama a Su Hijo.
Dios es mi Padre, y Su Hijo lo ama.
Mi hogar me aguarda. Me apresuraré a llegar a él.
Éste es el instante santo de mi liberación.
Dios no me ha condenado. Por lo tanto, yo tampoco me he de condenar.
El Amor, que es lo que me creó, es lo que soy.
Ahora buscaré y hallaré la paz de Dios.
Padre, mi voluntad es únicamente recordarte.
Permanece en mi mente todo el día, Padre mío.
Hoy le doy mi vida a Dios para que Él la guíe.
Padre, hoy vuelvo a ser Tu Hijo.
Dios, en Su misericordia, dispone que yo me salve.
Gobierno mi mente, la cual sólo yo debo gobernar.
Ahora quiero ser tal como Dios me creó.
La salvación depende de mi decisión.
Mía es la gloria de mi Padre.
El miedo, de la clase que sea, no está justificado.
En este instante santo llega la salvación.
Este día se lo dedico a Dios. Es el regalo que le hago.
Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra.
No estoy en peligro en ningún lugar del mundo.
Tu paz está conmigo, Padre. Estoy a salvo.
Amar a mi Padre es amar a Su Hijo.
Sin el perdón aún estaría ciego.
Lo que sufre no forma parte de mí.
El perdón pone fin a todo sufrimiento y a toda sensación de pérdida.
Que no vea ninguna limitación en mí.
No necesito nada más que la verdad.
El Hijo de Dios es mi Identidad.
Mi Ser es amo y señor del universo.
Que se acalle en mí toda voz que no sea la de Dios.
Elijo pasar este día en perfecta paz.
Dios es mi único objetivo hoy.
Que no me olvide de mi propósito.
Que recuerde que Dios es mi objetivo.
Que recuerde que el pecado no existe.
Que recuerde que Dios me creó.
Dios es mi refugio y seguridad.
No dejes que hoy perciba diferencias.
Mi santa visión ve la pureza de todas las cosas.
El Amor de Dios me rodea.
Lo único que veo es la mansedumbre de la creación.
Mi santo Ser mora en ti, Hijo de Dios.
Mi corazón late en la paz de Dios.
Que todas las cosas sean exactamente como son.
Mi vista va en busca de la faz de Cristo.
Hoy no utilizaré los ojos del cuerpo.
Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo.
Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios
Mía es la quietud de la paz de Dios.
Este día le pertenece al Amor. Hoy no tendré miedo de nada.
La sanadora Voz de Dios protege hoy todas las cosas.
Se me ha dado la Palabra de Dios para que la comparta.
No dejes que aprisione a Tu Hijo con leyes que yo mismo inventé.
Si estoy aprisionado, mi Padre no es libre.
La libertad de la creación garantiza la mía.
Qué límites podría imponerle yo al Hijo de Dios
Nada, excepto mis propios pensamientos, me puede hacer daño.
Hoy no tendré miedo del amor.
Mi verdadera Identidad reside en Ti.
Puedo elegir cambiar todos los pensamientos que me causan dolor.
Hoy mi santidad brilla clara y radiante.
La quietud del Cielo envuelve hoy mi corazón.
Tú eres mi única meta, Padre mío, sólo Tú.
Que me olvide hoy del pasado de mi hermano.
El pasado ya pasó. No me puede afectar.
Lo único que veo es mi actual felicidad.
Éste es un día de sosiego y de paz.
Todo tendrá un desenlace feliz.
El miedo ya se acabó y lo único que hay aquí es amor.
Mi cuerpo es algo completamente neutro.
El Espíritu Santo ve hoy a través de mí.
El Espíritu Santo habla hoy a través de mí.
El perdón es el único regalo que doy.
Te amo, Padre, y amo también a Tu Hijo.
La santidad eterna mora en mí.
Este mundo dura tan sólo un instante.
Y Dios Mismo enjugará todas las lágrimas.
Donde antes había tinieblas ahora contemplo la luz.
Hoy nace en mí el Cristo santo.
Que mi mundo no nuble la visión de Cristo.
Hay una paz que Cristo nos concede.
El regalo de Cristo es lo único que busco hoy.
Abrigar deseos conflictivos no puede ser mi voluntad.
Este instante es el único tiempo que existe.
Hoy no tendré miedo de mirar dentro de mí.
Paso este día sin miedo y lleno de amor.
Juzgo todas las cosas como quiero que sean.
Veo todas las cosas como quiero que sean.
Que venga a mí ahora una nueva percepción.
Busco un futuro diferente del pasado.
Todos los regalos que mis hermanos hacen me pertenecen.
Todos los regalos que les hago a mis hermanos me pertenecen.
Sigo el camino que se me ha señalado.
Yo soy el medio para la salvación, así como su fin.
Vine a salvar al mundo.
Mi Padre me da todo poder.
Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.
Tan sólo puedo renunciar a lo que nunca fue real.
Gustosamente "sacrifico" el miedo.
No quiero ser guía. Quiero ser simplemente un seguidor.
Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.
He de ser por siempre un Efecto de Dios.
No necesito más que llamar y Tú me contestarás.
Elijo estar en segundo lugar para obtener el primero.
He elegido ya lo que Tu Voluntad dispone.
Hoy no volveré a hacerme daño.
El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.
El miedo aprisiona al mundo. El perdón lo libera.
El perdón pone fin al sueño de conflicto.
Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga.
Elijo ver la impecabilidad de mi hermano.
El perdón me enseña que todas las mentes están unidas.
Mi impecabilidad me protege de todo daño.
Sólo mis propios pensamientos pueden afectarme.
Se me concederá todo lo que pida.
Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento.
Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad, que es lo único que me mantiene a salvo.
Dejo que el perdón descanse sobre todas las cosas, pues de ese modo es como se me concederá a mí.
No se me pide que haga ningún sacrificio para encontrar la misericordia y la paz de Dios.
Hoy aprendo la ley del amor: que lo que le doy a mi hermano es el regalo que me hago a mí mismo.
Hoy sólo ofrezco milagros, pues quiero que retornen a mí.
Hoy me envuelve la paz de Dios, y me olvido de todo excepto de Su Amor.
La ira procede de los juicios. Y los juicios son el arma que utilizo contra mí mismo a fin de mantener el milagro alejado de mí.
Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues Tú me rodeas. Y Tu gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba.
Hoy dejo que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mí, y que en lugar de juzgarlas, les conceda a cada una un milagro de amor.
Los milagros son un reflejo del eterno Amor de Dios. Ofrecerlos es recordarlo a Él, y mediante Su recuerdo, salvar al mundo.
Mi hermano impecable es mi guía a la paz. Mi hermano pecador es mi guía al dolor. Y el que elija ver será el que contemplaré.
Los juicios son lo opuesto al amor. De los juicios procede todo el dolor del mundo, y del amor, la paz de Dios.
Mis ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un solo propósito: estar al servicio de Cristo a fin de que Él pueda utilizarlos para bendecir al mundo con milagros.
Cristo y yo nos encontramos unidos en paz y seguros de nuestro propósito. Su Creador reside en Él, tal como Él reside en mí.
La paz, la dicha y los milagros que otorgaré cuando acepte la Palabra de Dios son ilimitados. Por qué no aceptarla hoy
La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado. La curación no es sino otro nombre para Dios. El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.
La verdad contesta toda invocación que le hacemos a Dios, respondiendo en primer lugar con milagros, y retornando luego a nosotros para ser ella misma.
Ninguna invocación a Dios puede dejar de ser oída o no recibir respuesta. Y de esto puedo estar seguro: Su respuesta es la única que realmente deseo.
La respuesta de Dios es alguna forma de paz. Todo dolor sana; toda aflicción queda reemplazada por la dicha. Las puertas de la prisión se abren. Y se comprende que todo pecado no es más que un simple error.
Que la paz sea conmigo, el santo Hijo de Dios. Que la paz sea con mi hermano, que es uno conmigo. Y que a través nuestro, el mundo sea bendecido con paz.
LECCIONES FINALES
LECCIONES FINALES
LECCIONES FINALES
LECCIONES FINALES
LECCIONES FINALES - EPÍLOGO